Qué gusto me da verlos tan interesados en comprender un concepto tan crucial como el de crisis. Es una palabra que, a menudo, nos genera un escalofrío, ¿verdad? Y no es para menos. ¡Todos hemos estado ahí! Yo mismo, en momentos de gran dificultad, como cuando mi auto fue robado, hubiera deseado tener estas herramientas a mano. La vida, queridos amigos, está llena de crisis, grandes y pequeñas, y el arte de manejarlas es fundamental para construir una vida que valga la pena ser vivida.
En el contexto de la Terapia Dialéctico Conductual (DBT), una crisis se define como una situación altamente estresante con posibles resultados negativos. Pero no se queda ahí, ¡hay más!
Piensen en ellas como esos momentos en los que:
Imaginemos, por ejemplo, que pierden el dinero del alquiler y se enfrentan a un posible desalojo. ¡La presión es inmensa! Y si justo en ese momento aparece una vieja tentación, como un traficante de drogas, tomar una mala decisión podría empeorar la situación. ¡Ahí lo tienen, una crisis en toda regla!
En la vida de algunas personas, especialmente aquellas que luchan con el trastorno límite de la personalidad (TLP), las crisis pueden volverse implacables y perpetuas. Es como si estuvieran en una montaña rusa interminable de eventos estresantes.
Esto puede deberse a:
Vulnerabilidad emocional y ambiental: Cuando una persona con un temperamento emocionalmente sensible se encuentra en un entorno invalidante, las crisis son casi una constante.
Falta de habilidades de afrontamiento: Las conductas impulsivas o destructivas son, en muchos casos, intentos desadaptativos de solucionar problemas o regular emociones cuando no se tienen otras herramientas.
Problemas interpersonales y falta de apoyo social: Las dificultades en las relaciones y la carencia de una red de apoyo pueden precipitar y exacerbar las crisis.
Factores de vulnerabilidad biológicos o contextuales: Cosas como la falta de sueño, enfermedades, uso de sustancias o incluso problemas económicos o de aislamiento social pueden aumentar la probabilidad de una crisis.
Sobrecarga de pérdidas y duelo inhibido: La acumulación de pérdidas no procesadas puede llevar a una "debilidad de espíritu" y a una desensibilización que alimenta el ciclo de crisis.
Cuando estamos en medio de una crisis, nuestra capacidad para funcionar se ve seriamente comprometida. Es difícil pensar con claridad, resolver problemas o incluso concentrarse en las tareas cotidianas. Las crisis pueden:
Interferir con el tratamiento: Si un terapeuta se la pasa "apagando incendios", la enseñanza de habilidades a largo plazo se ve obstaculizada.
Aumentar la probabilidad de conductas disfuncionales: El impulso de recurrir a la autolesión, el abuso de sustancias, los arrebatos de ira o el abandono de responsabilidades es muy fuerte. Generar nuevas crisis: Una crisis no resuelta puede ser el combustible para la siguiente, creando un ciclo vicioso.
Aquí es donde entra el ingenio de la Terapia Dialéctico Conductual. La DBT reconoce que las crisis son dolorosas e inevitables, y que intentar resolverlas inmediatamente con métodos inadecuados puede empeorar la situación.
Por eso, el objetivo principal en una crisis no es necesariamente resolver el problema subyacente en ese momento, sino sobrevivir a la situación sin empeorarla. Las habilidades de supervivencia a la crisis son soluciones a corto plazo para reducir el dolor a niveles tolerables.
En el fondo, la DBT busca que, una vez que la intensidad emocional baje, se puedan usar otras habilidades a largo plazo, como la regulación emocional o la resolución de problemas.
¿Se dan cuenta de la diferencia? No se trata de ignorar el problema, sino de tener la estrategia adecuada para el momento adecuado. Como diría un buen estratega: "Primero, salgamos de la zona de peligro; luego, planificamos la ofensiva".
¡Ahora, me encantaría escuchar sus reflexiones! ¿Se les ocurre alguna situación en la que hayan estado en una crisis y, en retrospectiva, hubieran deseado tener estas herramientas para sobrevivir sin empeorar las cosas? ¿O quizás algún ejemplo de cómo una pequeña dificultad escaló a una crisis mayor por no contar con una estrategia? ¡No duden en compartirlo! La reflexión es el primer paso hacia el dominio.